Defendiendo nuestro derecho a disfrutar una feliz navidad.

Estás practicando un mejor vivir, cuando aprendes a valorar lo maravilloso de la vida, bien sean las personas, las mascotas, la naturaleza, las circunstancias favorables o desagradables, todo en general, es ganancia para tu vida porque es lo que recoges de lo que siembras, y, por eso es tan importante valorar todo lo recibido los 365 días del año que se va.
El motivante de esta publicación radica en las personas que viven del pésimo hábito de la QUEJABANZA, del pesimismo por lo que nunca llegó y se paralizan porque son incapaces de abandonar su zona de confort; esa categoría de personas las escuchas quejarse de que el año que termina les fue muy mal, con cuyas actitudes y comentarios tiñen negativamente nuestras festividades, y, es hora de hacer reflexiones contundentes al respecto.

Diciembre es una época de mucha vibra positiva, y emociones como la alegría desbordante y el entusiasmo son las que muchas personas disfrutan en estos días, por tanto, las personas quejumbrosas son la contracorriente, la cara amarga, la fase indeseable de esta época, y, es porque como no han desarrollado el hábito del buen vivir, en las buenas y en las malas, quieren entonces arruinar la felicidad de los demás con su quejabanza.
De manera que, cuando escuches a esas personas que se visten con el traje de la negatividad y la quejabanza y te vienen a arruinar la belleza de la festividad de Diciembre al quererte involucrar en sus historias de fracasos que le hacen ver el año como malo, simplemente, has respetar tu salud espiritual y tu derecho al disfrute de la felicidad, reclamando tu espacio de alegría al decirles "A MI ME GUSTÓ EL 2015", también les puedes decir "A MI ME FUE DE MARAVILLA ESTE AÑO Y EL 2016 ME IRÁ MEJOR" de manera que sin caer en la descortesía, les envías el mensaje de que no quieres participar de sus quejabanzas y les invitas a unirse al baile de la alegría de la vida.
Diciembre no es precisamente para pesadumbres y negatividades, por eso, es que enfatizo la importancia de esta publicación en que no permitamos que las personas negativas nos resten el disfrute de estos días, ¡ellos no tienen derecho para arruinar nuestra navidad!, en cambio, nosostros tenemos el deber misericordioso de tratar de calmar sus almas atormentadas con palabras y actitudes positivas de las que ellos carecen.
No es un irrespeto, ni una descortesía, ni una falta de humanidad el hacer valer nuestro derecho a vivir felices la Navidad. En Venezuela, la mala situación ha golpeado fuertemente a mucha gente y a muchos los ha arrastrado al fango de la quejabanza y la pesadumbre, por supuesto, a imagen y semejanza de un régimen corrupto e incompetente que además por 15 años ha enviciado el clima social con un discurso de enemistad ideológica, y, por tanto, esas personas que han copiado de los personeros gubernamentales el lenguaje y las actitudes de la negatividad, no tienen derecho a arruinar la paz de nuestros hogares, cuando aspiran que sus visitas sociales se conviertan en fútiles debates políticos que lo único que dejan por resultado es malestar e incluso enemistades; seré claro y enfático: "no hay peor visita social, que la de aquellos que creen que nuestros hogares son la cloaca de sus excrementos espirituales", y, hay que hacerles ver que se equivocan y no toleremos más ese tipo de visita social, ni en navidad, ni en ningún otro momento.
Hay quienes usan el chantaje psicológico rebatiendo nuestra defensa de sus actitudes insanas con el argumento de "ahora ya no puedo hablar contigo" a lo cual la respuesta debería ser: "si es para drenar tu cloaca espiritual en mi casa lo lamento, no hables entonces" y, suena drástico, pero mucha gente negativa no entiende, o se hace la que no entiende, que ya estamos cansados del discurso nefasto que ni siquiera en diciembre le dan una pausa, por tanto, el oxigenante mental debe ser una posición firme de rechazar toda actitud o comentario que no sea positivo, porque ¡ya basta!, y es nuestro derecho de imponer el respeto y la observancia hacia las buenas costumbres, y que yo sepa, la crítica y la quejabanza no son buenas costumbres.
Defendiendo nuestro derecho a disfrutar una feliz navidad, evitando y dando un freno a aquellas personas tóxicas, nos hacemos un bien, y, les hacemos un bien a ellos, porque de alguna forma hay que hacerles entender que las actitudes y comentarios destructivos no son bienvenidos en nuestro hogar.
Para finalizar: en navidad son muy frecuentes las visitas sociales, y, eso es muy agradable, pero, ya la campaña electoral en Venezuela terminó, y por tanto, no permitamos que por enésima vez en estos 15 años, otra navidad se vea enturbiada por personas que quieren llevar sus angustias y fracasos a nuestras casas, principalmente, las derivadas de lo que perdieron con el resultado electoral.... como lo dice la imagen introductoria, todos merecemos "dicha y paz en esta navidad, amén".