¡Y llegó la feria!

Me encanta mi ciudad natal, y no podía sentir menos porque Maracaibo además de ser la capital de un estado tan pujante económicamente hablando como lo es el Zulia también es cuna de gente hospitalaria y con un muy peculiar sentido del humor. En este mes de Noviembre se festeja la llamada FERIA DE LA CHINITA, en la cual quienes profesan la religión católica "dicen" rendir homenaje a quienes reconocen como su patrona, que es la Virgen de Chiquinquirá que ellos afectuosamente llaman Chinita (no soy católico). Pero cada año se repite la misma historia respecto a esos actos festivos, y aprovechando la fecha me dedico a hacer algunos comentarios.

Pese a no ser católico, respeto la devoción de los católicos, porque una sociedad de valores se fundamenta en el respeto y la tolerancia. Para mí se trata de una festividad idólatra, pero omito extenderme en esa línea argumentativa, porque ciertamente se trata de un "punto muy polémico" y porque haré referencia concreta a la pérdida de valores alrededor de esa festividad.
Porque no se puede negar que es cierto que son muchos los fieles que sienten amor hacia ese "ídolo" y dicen deberle favores, y al igual que en la política, pese a no compartir esa idolatría, respeto el sentir sincero que tienen muchos en su corazón en relación a la Chinita (en mis blog PIENSA EN DIOS y MATUTINOS ESPIRITUALES si me dedico a exponer el punto de vista espiritual). El valor social de la devoción religiosa fue tergiversado y sustituído por una devoción etílica.
De manera que lo que no es de mi agrado, socialmente hablando, es en lo que convierten a la bella Maracaibo con el cuento de la Chinita. El festejo de fiestas patronales no debe degenerar en un feo espectáculo de borrachos y que ensucian la ciudad que dicen amar.

Sucede que cada año, al llegar la Chinita proliferan por doquier los tarantines de cerveza, y cabe la pregunta: ¿Rinden honor a su ídolo patronal, o a la cerveza?. De hecho, mis compañeros de trabajo ya hacen cálculos del dinero a gastar en la ingesta de cerveza desde el 15 de noviembre hasta el 18, de manera que la tan renombrada feria es desvirtuada de su devoción religiosa a una fiesta generalizada de cerveza.
Los defensores de la embriaguez quizás se enojen conmigo por lo antes expuesto, pero ¡que feo espectáculo se observa en Maracaibo luego de la feria!, pues, se pueden apreciar muchas avenidas, plazas y parques atestadas de basura y botellas de cerveza. Contra ese reprochable acto de libertinaje etílico me pronuncio en este post. Porque eso además de renegar de la fe de los católicos, da en consecuencia una pésima imagen de nuestra bella ciudad de Maracaibo y de su gente.
Por otra parte, no son de extrañar las noticias en la prensa local, y los "chistes" de amigos y familiares, relatando la infinidad de personas que son víctimas de los "carteristas", que proliferan como hormigas.
Muchas familias se abstienen de visitar sitios públicos en esos días, evitando líos con los borrachos, o por temor a ser víctimas o de los carteristas o de atracadores. Por supuesto que existen otros entretenimientos sanos en virtud de la feria (elección de la Reina, artistas en sitios privados, etc) y algunos además polémicos, como las corridas de toros, que son objetadas por los defensores de los derechos de los animales. Es decir, no niego que hay entretenimientos (que por cierto ese entretenimiento no es devoción religiosa, que es lo que debería motivar cualquier feria patronal) pero en general las autoridades competentes han sido "blandas" con el negocio de la cerveza en esa fecha, originando (insisto) en un maltrato de la imagen de los sitios públicos de nuestra ciudad, y es en ese hecho en concreto donde me fundamento para exponer la pérdida de valores religiosos alrededor de la festividad de la feria.

Este post me permite reflexionar en puntos polémicos acerca de los valores, porque los valores éticos y sociales ni riñen entre sí ni son excluyentes, porque la devoción religiosa como valor religioso no debe ser excluyente ni reñirse con el valor social del sano y respetuoso entretenimiento. De manera que la desviación de los valores sociales es lo que genera inarmonía social. Insisto: el sano esparcimiento familiar y social es un importante valor de cualquier sociedad, pero cuando degenera en embriaguez e irrespetos, hablamos entonces de la pérdida de valores fundamentales e incluso históricos, porque las ferias patronales son valores religiosos históricos de muchas sociedades.

Recuerda que para consultar sobre mis recientes publicaciones en éste y en mis otros blogs, puedes hacerlo consultando en mi twitter @blogsdeangelpaz. Gracias.