Hay figuras históricas cuyo inmortal pensamiento trasciende las barreras de tiempo y espacio y los hace figuras admirables por generaciones. Quiero referirme al ex-presidente John Kennedy (EEUU), y una frase que hizo historia:
"No preguntes qué puede hacer tu país por tí, pregúntate qué puedes hacer tú por tu país".
Ese pensamiento trasciende de su época y de su nación, y hoy es más vigente que ayer, y me atrevo a asegurarles que 1.000 años después tendrá más valor aún. Quiero invitarlos a pensar en la lección que se deriva de la filosofía de país predicada por Kennedy.
Para mucha gente, hablar de temas cívicos sobre la grandeza de un país y de sus héroes, no les parece tema atractivo, excepto para relleno de festejos de fechas patrias. Pero no debe ser así, ni tampoco comparto esa actitud de indiferencia cívica, y es lo que reflexiono en este post apoyado en la brillante reflexión introductoria que Kennedy legó al mundo. Pero, hay cosas que se pierden, como el conocimiento de personajes históricos y de su legado, incluso, ¿podrás creer que son muchos los que no saben qué es la cívica?, ¿cómo esperar entonces comportamientos cívicos si no se les enseña cívica en la etapa básica de formación estudiantil?.
En una época en la cual se dan tantos cambios sociales e ideológicos (sobre todo en Latinoamèrica), se hace imprescindible tener una visión de país. Es decir, no podemos darnos el lujo de estar indiferentes con lo que ocurre en nuestro país. Y no hay peor indiferencia hacia nuestro país, que DESPERDICIAR EL DERECHO DE PARTICIPAR EN VOTACIONES ELECTORALES QUE DECIDEN EL DESTINO NACIONAL.
Por otra parte, los cambios en el mundo, afectan tu país y por ende, también afecta tu bienestar. Eso implica estar informados y atentos de la realidad geopolítica de nuestro país en el concierto mundial, y sobre cómo nos afectan la geopolítica, para de esa forma ser más conscientes de los valores nacionales que debemos defender.
Tus hijos son bombardeados permanentemente por publicidad ideológica, por una parte, de gobiernos que están ganando adeptos para lograr simpatizantes a movimientos de izquierda, y si es el ambiente universitario, la efervescencia de las ideas está aún más fuerte.
Con los valores cívicos ocurre igual que con Dios: No te acuerdas de Dios hasta que las cosas "se ponen feas", igual ocurre con tu país, porque no te acuerdas de tu país, hasta que las cosas empiezan a andar mal. Y el tipo de país que deseas, es producto de tí mismo, porque si se lo dejas a los demás no puedes luego quejarte. Hay toda una revolución del pensamiento, que te debe mantener informado y alerta, y esto no es opcional, es tu responsabilidad cívica, y lo explico seguidamente.
Así como tú no escoges tus padres, tampoco escoges tu país: por tanto quejarte de la mala situación de tu país, además de síntoma de incultura, en nada sirve para mejorar la situación. Por tanto, no puedes evadir tus responsabilidades ni con tus padres ni con tu país. Y esta conducta no es innata sino aprendida: quiero decir que el amor a tu país es un VALOR CIVICO, y como todos los demás valores, es un VALOR APRENDIDO O INDUCIDO, o sea, se enseña a un ciudadano a amar a su país. Esto significa algo tan sencillo como esta lección: TÚ PAIS ERES TÚ MISMO.
El país no se va a detener por tí, pero es mucho lo que puedes hacer por tu país. Es más beneficioso lo que haces por tu país, que lo que dejas de hacer.
Todos tenemos la obligación de amar a nuestro país y de inculcarlo a las siguientes generaciones. En esa precisa y exacta línea se orientan las líneas que estás leyendo.
Y, allí tiene razón Kennedy cuando exhorta al ciudadano a reflexionar sobre lo que puede aportar por su país, de lo forma que sea, según los talentos y posibilidades de cada cual.
La indiferencia con tu país, no es traición a la patria, pero sí es deslealtad. Retomando la moraleja con Dios, lo veo así: tu indiferencia con tu país es tan mal vista como tu ingratitud a tus padres o tu desobediencia a Dios. Ser ciudadano es por tanto una responsabilidad social y familiar. Dios eres tú con tu testimonio; tu familia eres tú con tus acciones; el país eres tú con lo que haces o dejas de hacer. Y algo muy importante: No somos dignos imitadores de Simón Bolívar con indiferencia a la patria, ni dignos imitadores de Jesucristo con conductas antisociales.
Quiero plantearlo de la manera más sencilla que pensé y es esta: No puedes esconderte ni de Dios ni de tu país, porque en el caso de Dios si lo haces serás víctima del diablo, y en el caso de tu país, serás víctima de las autoridades fiscales que te recordarán tus obligaciones ciudadanas con el fisco.
El país eres tú, cuando eres responsable en tu empresa, cuando vas a votar en los procesos electorales de tu país, cuando llevas al niño al colegio, cuando no arrojas sucio a la calle, cuando vas a la iglesia, cuando honras a tus héroes y símbolos patrios; todas estas cosas te indican que tienes una responsabilidad con tu país, que otro no puede cumplir: TUS OBLIGACIONES PERSONALES SON DE TU EXCLUSIVA RESPONSABILIDAD. Porque tu respeto por la bandera de tu país lo sientes tú en tu corazón, y nadie lo podrá expresar por tí.
Al delincuente se le dice ANTISOCIAL porque sus actuaciones van en contra del bienestar de una sociedad. Por eso al homicida que mata, bien sea a un médico, o a cualquier padre de familia responsable, se le califica como ANTISOCIAL. Pero, al padre borracho que da un mal ejemplo a su hijito que será un futuro ciudadano, ¿no es acaso esa conducta calificable como antisocial?. El drogadicto que en silencio fuma y dice que no hace daño a nadie, pregunto: ¿en que contribuyen por el bienestar de la sociedad esos "drogadictos inofensivos"?. Y extendiéndome en similares reflexiones: ¿ en qué contribuye por el bienestar de una sociedad el médico que roba equipos a su hospital?, ¿no es acaso la conducta de ese médico corrupto una conducta antisocial?. ¿No es antisocial la conducta del periodista que falsea la realidad?. DE hecho, es pertinente reflexionar que el país invierte en un sistema educativo, no para formar ladrones sino profesionales dignos.
Se es país como soldado, o como obrero, o como estudiante, o como padre ejemplar, o como cristiano devoto. El país es responsabilidad de todos, en muy diferentes actos y actividades.Llevando las reflexiones a un mínimo conceptual, resulta que cuando el padre garantiza un hogar sólido en lo económico y en lo ético, allí ¡está haciendo país!, porque está creando las condiciones para formar ciudadanos útiles al país. En el sano consejo al hijo, o en la oportuna corrección al hijo, se está haciendo país. Por eso el país eres tú, visto como familia éticamente formada para integrarse positivamente a la sociedad, y convertir al espacio geográfico de tu país en espacio social, y lo explico en el siguiente párrafo.
Es que tu país es tu "patria geográfica" que se convierte en sociedad, por su gente. La tierra venezolana, son sus venezolanos, y sus bosques y minerales se convierten en riqueza por el trabajo profesional de sus hijos. Por eso el país eres tú, y será próspero o pobre según el trabajo de sus connacionales.Cuando te levantas de madrugada para ir al trabajo, ¡haces país!, porque mueves toda la maquinaria productiva. Al contrario del antisocial que de madrugada mata y roba. Cuando te levantas de madrugada a estudiar, ¡haces país!, porque vas creando el perfil profesional que tanto necesita tu país, al contrario del que se levanda a la 1 de la tarde sin hacer nada, ni por sí mismo, ni por su familia, ni mucho menos por su país. El entrenador que capacita nuestros atletas de alta competencia, o el predicador que exhorta a llevar una vida cristiana, desde sus funciones ¡hacen un mejor país!.
Los abuelos nos dan una lección de lo que significa la frase: "SER UNO EL PAÍS", cuando ellos miran el legado que nos dejan o en aquello que dejaron de hacer: les queda el orgullo por lo hecho o el lamento por lo que se dejó de hacer, respectivamente.
Cada quien escoge usar su tiempo en internet, bien sea para juegos o para crear cultura: en internet podemos hacer cultura y hacer un mejor país, que es lo que procuro con artículos como éste.
No podemos esperar a que sistemas políticos que secuestran las libertades hagan de las suyas en nuestros países y en ese sentido las lecciones de Martin Niemöller en su poema “Cuando los nazis vinieron por los comunistas” (te recomiendo hacer click al enlace rojo para leer ese poema) expresa una realidad no menos inmortal que el pensamiento de Kennedy de la introducción.
"No preguntes qué puede hacer tu país por tí, pregúntate qué puedes hacer tú por tu país".
Ese pensamiento trasciende de su época y de su nación, y hoy es más vigente que ayer, y me atrevo a asegurarles que 1.000 años después tendrá más valor aún. Quiero invitarlos a pensar en la lección que se deriva de la filosofía de país predicada por Kennedy.
Para mucha gente, hablar de temas cívicos sobre la grandeza de un país y de sus héroes, no les parece tema atractivo, excepto para relleno de festejos de fechas patrias. Pero no debe ser así, ni tampoco comparto esa actitud de indiferencia cívica, y es lo que reflexiono en este post apoyado en la brillante reflexión introductoria que Kennedy legó al mundo. Pero, hay cosas que se pierden, como el conocimiento de personajes históricos y de su legado, incluso, ¿podrás creer que son muchos los que no saben qué es la cívica?, ¿cómo esperar entonces comportamientos cívicos si no se les enseña cívica en la etapa básica de formación estudiantil?.
En una época en la cual se dan tantos cambios sociales e ideológicos (sobre todo en Latinoamèrica), se hace imprescindible tener una visión de país. Es decir, no podemos darnos el lujo de estar indiferentes con lo que ocurre en nuestro país. Y no hay peor indiferencia hacia nuestro país, que DESPERDICIAR EL DERECHO DE PARTICIPAR EN VOTACIONES ELECTORALES QUE DECIDEN EL DESTINO NACIONAL.
Por otra parte, los cambios en el mundo, afectan tu país y por ende, también afecta tu bienestar. Eso implica estar informados y atentos de la realidad geopolítica de nuestro país en el concierto mundial, y sobre cómo nos afectan la geopolítica, para de esa forma ser más conscientes de los valores nacionales que debemos defender.
Tus hijos son bombardeados permanentemente por publicidad ideológica, por una parte, de gobiernos que están ganando adeptos para lograr simpatizantes a movimientos de izquierda, y si es el ambiente universitario, la efervescencia de las ideas está aún más fuerte.
Con los valores cívicos ocurre igual que con Dios: No te acuerdas de Dios hasta que las cosas "se ponen feas", igual ocurre con tu país, porque no te acuerdas de tu país, hasta que las cosas empiezan a andar mal. Y el tipo de país que deseas, es producto de tí mismo, porque si se lo dejas a los demás no puedes luego quejarte. Hay toda una revolución del pensamiento, que te debe mantener informado y alerta, y esto no es opcional, es tu responsabilidad cívica, y lo explico seguidamente.
Así como tú no escoges tus padres, tampoco escoges tu país: por tanto quejarte de la mala situación de tu país, además de síntoma de incultura, en nada sirve para mejorar la situación. Por tanto, no puedes evadir tus responsabilidades ni con tus padres ni con tu país. Y esta conducta no es innata sino aprendida: quiero decir que el amor a tu país es un VALOR CIVICO, y como todos los demás valores, es un VALOR APRENDIDO O INDUCIDO, o sea, se enseña a un ciudadano a amar a su país. Esto significa algo tan sencillo como esta lección: TÚ PAIS ERES TÚ MISMO.
El país no se va a detener por tí, pero es mucho lo que puedes hacer por tu país. Es más beneficioso lo que haces por tu país, que lo que dejas de hacer.
Todos tenemos la obligación de amar a nuestro país y de inculcarlo a las siguientes generaciones. En esa precisa y exacta línea se orientan las líneas que estás leyendo.
Y, allí tiene razón Kennedy cuando exhorta al ciudadano a reflexionar sobre lo que puede aportar por su país, de lo forma que sea, según los talentos y posibilidades de cada cual.
La indiferencia con tu país, no es traición a la patria, pero sí es deslealtad. Retomando la moraleja con Dios, lo veo así: tu indiferencia con tu país es tan mal vista como tu ingratitud a tus padres o tu desobediencia a Dios. Ser ciudadano es por tanto una responsabilidad social y familiar. Dios eres tú con tu testimonio; tu familia eres tú con tus acciones; el país eres tú con lo que haces o dejas de hacer. Y algo muy importante: No somos dignos imitadores de Simón Bolívar con indiferencia a la patria, ni dignos imitadores de Jesucristo con conductas antisociales.
Quiero plantearlo de la manera más sencilla que pensé y es esta: No puedes esconderte ni de Dios ni de tu país, porque en el caso de Dios si lo haces serás víctima del diablo, y en el caso de tu país, serás víctima de las autoridades fiscales que te recordarán tus obligaciones ciudadanas con el fisco.
El país eres tú, cuando eres responsable en tu empresa, cuando vas a votar en los procesos electorales de tu país, cuando llevas al niño al colegio, cuando no arrojas sucio a la calle, cuando vas a la iglesia, cuando honras a tus héroes y símbolos patrios; todas estas cosas te indican que tienes una responsabilidad con tu país, que otro no puede cumplir: TUS OBLIGACIONES PERSONALES SON DE TU EXCLUSIVA RESPONSABILIDAD. Porque tu respeto por la bandera de tu país lo sientes tú en tu corazón, y nadie lo podrá expresar por tí.
Al delincuente se le dice ANTISOCIAL porque sus actuaciones van en contra del bienestar de una sociedad. Por eso al homicida que mata, bien sea a un médico, o a cualquier padre de familia responsable, se le califica como ANTISOCIAL. Pero, al padre borracho que da un mal ejemplo a su hijito que será un futuro ciudadano, ¿no es acaso esa conducta calificable como antisocial?. El drogadicto que en silencio fuma y dice que no hace daño a nadie, pregunto: ¿en que contribuyen por el bienestar de la sociedad esos "drogadictos inofensivos"?. Y extendiéndome en similares reflexiones: ¿ en qué contribuye por el bienestar de una sociedad el médico que roba equipos a su hospital?, ¿no es acaso la conducta de ese médico corrupto una conducta antisocial?. ¿No es antisocial la conducta del periodista que falsea la realidad?. DE hecho, es pertinente reflexionar que el país invierte en un sistema educativo, no para formar ladrones sino profesionales dignos.
Se es país como soldado, o como obrero, o como estudiante, o como padre ejemplar, o como cristiano devoto. El país es responsabilidad de todos, en muy diferentes actos y actividades.Llevando las reflexiones a un mínimo conceptual, resulta que cuando el padre garantiza un hogar sólido en lo económico y en lo ético, allí ¡está haciendo país!, porque está creando las condiciones para formar ciudadanos útiles al país. En el sano consejo al hijo, o en la oportuna corrección al hijo, se está haciendo país. Por eso el país eres tú, visto como familia éticamente formada para integrarse positivamente a la sociedad, y convertir al espacio geográfico de tu país en espacio social, y lo explico en el siguiente párrafo.
Es que tu país es tu "patria geográfica" que se convierte en sociedad, por su gente. La tierra venezolana, son sus venezolanos, y sus bosques y minerales se convierten en riqueza por el trabajo profesional de sus hijos. Por eso el país eres tú, y será próspero o pobre según el trabajo de sus connacionales.Cuando te levantas de madrugada para ir al trabajo, ¡haces país!, porque mueves toda la maquinaria productiva. Al contrario del antisocial que de madrugada mata y roba. Cuando te levantas de madrugada a estudiar, ¡haces país!, porque vas creando el perfil profesional que tanto necesita tu país, al contrario del que se levanda a la 1 de la tarde sin hacer nada, ni por sí mismo, ni por su familia, ni mucho menos por su país. El entrenador que capacita nuestros atletas de alta competencia, o el predicador que exhorta a llevar una vida cristiana, desde sus funciones ¡hacen un mejor país!.
Los abuelos nos dan una lección de lo que significa la frase: "SER UNO EL PAÍS", cuando ellos miran el legado que nos dejan o en aquello que dejaron de hacer: les queda el orgullo por lo hecho o el lamento por lo que se dejó de hacer, respectivamente.
Cada quien escoge usar su tiempo en internet, bien sea para juegos o para crear cultura: en internet podemos hacer cultura y hacer un mejor país, que es lo que procuro con artículos como éste.
No podemos esperar a que sistemas políticos que secuestran las libertades hagan de las suyas en nuestros países y en ese sentido las lecciones de Martin Niemöller en su poema “Cuando los nazis vinieron por los comunistas” (te recomiendo hacer click al enlace rojo para leer ese poema) expresa una realidad no menos inmortal que el pensamiento de Kennedy de la introducción.
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