erdaderamente que la intensidad de un sentimiento profundamente genuino … traspasa las barreras de la muerte … y hace imperecedero el recuerdo de una persona, o sea, hay personas que luego de fallecidas, su ausencia parece convertirse en una paradoja, porque en cada cosa o aspecto que nos la recuerda, la vemos y sentimos como si aún viviera.
Lo digo porque voy a referir tres casos de personas que han fallecido, pero, pese al tiempo transcurrrido siguen siendo amadas como si no hubieran ido de este mundo material.